-- -- -- Sol-Naciente: Capítulo 4.- CHARLIE. (2ª y última parte)

martes, 28 de septiembre de 2010

Capítulo 4.- CHARLIE. (2ª y última parte)

La conversación estaba yendo por unos derroteros que no me interesaban en absoluto.
- Me voy -me volví y me fui directamente al salón.
- ¡Ah, no, no! De eso nada. No te vas a marchar de aquí hasta que quede esto claro.
- ¿El qué, papá? Si no eres capaz de aceptar las cosas tal y como son, ya sabes lo que pasará. Nessie y yo nos iremos -me arrepentí nada más pronunciar esas palabras.
- Lo siento, Bella, pero no cuela. Ya me has amenazado otras veces con eso como para que surta efecto ahora.
Puede ser que lo hubiera usado antes, pero esta vez iba muy en serio. Me entristecí al pensar en una posible partida de Forks porque Charlie no pudiera seguir manteniéndose en la ignorancia de nuestra existencia.
Tenía que intentar ser más diplomática y redirigir la conversación a otro punto.
Puedo hacerlo.
Me intenté animar de forma patética. Sólo tenía que averiguar cómo.
- Hagamos una cosa: déjame ver qué es lo que ha pasado, porque ni yo misma tengo una idea muy clara sobre lo que ha ocurrido. Cuando lo sepa, te contaré todo lo que pueda -mi intento de parecer convincente dejaba mucho que desear.
Resopló sonoramente.
-Papá, ahora no vamos a resolver esta cuestión. Podemos seguir discutiendo hasta decirnos cosas que nos duelan y de las que nos arrepentiremos más tarde. Pero, si en realidad te preocupa lo que le ha pasado a esa chica, tendrás que confiar en mí y dejar que sepa realmente lo que ha sucedido.
Esta vez lo había hecho algo mejor.
- El problema es que, a veces, pienso que estás forzando mucho esa confianza. Me pides algo que no me das.
Me quedé callada. No se me ocurría ninguna frase elocuente, ninguna mirada, ningún movimiento que pudiera rebatir eso.
El timbre de la puerta sonó y pegué un respingo. Quien hubiese llamado, entró antes de que fuéramos a abrirle.
- Hola, ¿se puede? -la dulce voz de Alice se oyó en el recibidor.
Charlie cogió aire y se pasó las manos por la cara, intentando borrar la tensión.
- Claro, Alice, tú siempre eres bienvenida a esta casa.
- Hola, Bella, ¿qué tal? -se acercó a darme un beso en la mejilla-. Tuve una visión en que se te ponían las cosas difíciles por aquí y he venido a echarte una mano -me siseó rápidamente al oído.
- Ojala hubieras llegado hace unos minutos -le respondí en un susurro casi inaudible.
Se encogió de hombros con cara de disculpa.
- Charlie, me ha llamado Carlisle. Me ha pedido que te diga que puedes llamarle cuando lo desees para contarte qué tal está la paciente.
- ¿Qué se sabe de ella? O, más bien, ¿qué puedo saber yo? -nunca había usado ese tono con Alice. Sin embargo, ella siguió hablando, como si el humor de Charlie no fuera tan malo.
- Es una turista -dijo despreocupadamente mientras se apoyaba en la encimera de la cocina al lado de Charlie-. Al parecer, estaba de excursión con su novio. Se pelearon, ella se alejó y acabó perdida.
- ¿Y el novio?
No tenía muy claro si Charlie se estaba tragando la historia de Alice o si sólo hacía su rol en esa pantomima, sabedor de que no conseguiría nada más que esa explicación.
- Él es un cretino. Esme le ha llamado. Dice que le da igual. Estaba en el hotel a punto de marcharse. No quiere saber nada de ella.
- ¿En qué hotel estaban?
- Estaban alojados en un hotel de Seattle y habían venido a pescar. ¿Algo más, señor Sheriff? -añadió en tono de broma.
- No, perdona, Alice, es sólo que estoy cansado. Tendré que acercarme a la comisaría para hacer un informe…
- ¿Por qué no esperas a mañana, cuando hayas hablado con ella? Quiero decir, el día ha sido muy largo y nadie está esperando ese informe, ¿no?
- ¿Mañana podré hablar con ella?- preguntó sorprendido, ignorando la última frase.
- Claro, Carlisle le ha dado algo para dormir y probablemente lo haga por unas cuantas horas, pero imagino que mañana estará perfectamente.
- Entonces voy a llamar a Carlisle -se dejó caer en una de las sillas y Alice le ofreció su móvil.
Me pareció un poco más animado.
- Dale a rellamar- le dijo Alice mientras se movía por la habitación y se ponía a mi lado.
- Carlisle, hola, soy Charlie. ¿Qué tal está la chica? -Carlisle debía de estar contándole la misma historia que Alice y Charlie se limitaba a asentir de vez en cuando.
- ¿Estás bien? -me preguntó Alice cuando mi padre estuvo completamente absorto en su conversación.
- Sí -mentí descaradamente. No me apetecía rememorar la charla que acababa de tener- ¿Habéis terminado ya? -pregunté para cambiar de tema.
- Sí, no hemos encontrado nada interesante. No hay ningún rastro por la zona.
- Gracias, Carlisle, entonces nos vemos mañana. Adiós -Charlie cerró el móvil cuidadosamente y lo dejó encima de la mesa. Se levantó y se dirigió hacia la ventana-. Me pregunto por qué tarda Sue tanto.
No me apetecía seguir allí, observando a mi padre, ahora que sabía lo mucho que le habían afectado mis decisiones, pero tampoco quería dejarle sólo. Alice parecía seguir el hilo de mis pensamientos.
- No tardará en venir -me aseguró.
Pasaron más de diez interminables minutos hasta que oí aproximarse un coche, tiempo en que el silencio se me hizo insoportable. Por momentos, quería ir hasta donde estaba Charlie y abrazarle mientras le volvía a pedir perdón por todo y, en otros, quería ponerme a gritarle por haber empezado a dudar de nosotros. Todo había funcionado perfectamente hasta ahora. O eso creía yo.
- Ya está aquí -anunció Charlie aliviado.
- Bueno, creo que va siendo hora de que nosotras nos marchemos. Voy por Nessie -se adelantó Alice.
- Bella -Charlie se acercó a mí y antes de que pudiera reaccionar, me estaba abrazando-, perdona por lo de antes. ¡Vaya, hija, estás helada!
- Sí, me he quedado destemplada ahí apoyada. Papá, yo…
- Déjalo, cariño. Creo que por hoy ya hemos tenido suficiente.
Sue abrió la puerta
– ¿Charlie? -dijo desde la entrada.
Mi padre me besó la frente y me soltó. Se fue a la entrada antes de que se me ocurriera algo para devolverle ese gesto de cariño. El pequeño móvil de Alice empezó a vibrar encima de la mesa. Al cogerlo, vi el número de Edward en el visor.
- Hola - intenté conferirle a mi voz un tono más animado, pero no resulté convincente ni para mí misma.
- ¿Estás bien?
- Bueno, ha sido sólo un poco peor de lo que esperaba.
- Lo siento, te dije que no estarías sola y…
- Dijiste que lo intentarías. No te preocupes, Alice ha llegado al rescate.
- Todo se arreglará -esperó en silencio-. Voy a pasarme a buscaros.
-No hace falta -le dije de inmediato. Lo último que me faltaba hoy es que Charlie le soltara ese sermón a Edward -. Cogeremos tu coche para ir a casa. Te veo ahora -colgué el teléfono. Alice ya tenía a Nessie en brazos y salía por la puerta. Me despedí lo más rápido que pude, prometiéndoles que mañana les vería.
Él es feliz, intenté convencerme. Sue se encargaría de que así fuera.
Miré el camino a través de los cristales en los que empezaban a aparecer grandes gotas de lluvia. A lo lejos, un relámpago iluminó el horizonte. Todo había pasado. En unos minutos estaríamos en casa.

3 comentarios:

  1. Hola niña

    Uf, charli enfadao.

    Uf, que momento de tensión...

    Y el momento medio en broma de alice...

    vaya charlita, suerte que llegó alice... genial el capi.

    CAda vez mas interesante.

    Sigue pronto.

    Bsss

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  2. Muy Charlie, ya era hora de que le pusiera los puntos sobre las íes a Bella, que independientemente que tenga suficientes motivos para no serle sincera, en mi opinión, es normal que Charlie esté así...pobre hombre.

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