-- -- -- Sol-Naciente: Capítulo 2.- EL COMPROMISO. (2ª y última parte)

sábado, 18 de septiembre de 2010

Capítulo 2.- EL COMPROMISO. (2ª y última parte)

      -¿Está Carlisle al tanto?- pregunté con voz furiosa
     -Ven, vamos a verlo. Convéncete por ti misma -acepté a regañadientes. No estaba segura de querer ver con mis propios ojos tal espectáculo. Probablemente, sólo conseguiría ponerme más nerviosa.
     Nos desplazamos a toda velocidad a través del bosque, sin soltarnos en ningún momento. Aminoró y pude ver a unos metros el autobús parado. Había quedado atrapado en una de las curvas. El problema no era sólo que la longitud del vehículo no permitiera el giro, sino que además tenía que salvar un pronunciado cambio de nivel. Cuando llegamos, estaban terminando de enganchar unos cables desde el parachoques del desvencijado autobús a la parte trasera del vehículo de Emmett. Había muchos integrantes de la manada de Sam escondidos entre los árboles. Las ventanas quedaban totalmente tapadas, con unas pancartas con letras de colores anunciando el destino del autobús:<<Fiesta de compromiso de Sue y Charlie>>. Eso seguro había sido idea de Jacob; de hecho, todo el dichoso plan B parecía de su cosecha.
     Oí cómo Seth daba una orden desde el interior del coche e inmediatamente todos los chicos que estaban en la retaguardia se colocaron alrededor de la parte trasera del vehículo. Emmet también estaba allí.
     -¡Embraga! -gritó Seth.
     El motor del autobús empezó a renquear con un sonido rudo y ahogado. Todos los chicos pusieron sus manos a lo largo del sucio chasis abollado.
     -¡Acelera! -Seth sacó el brazo por la ventanilla para que el conductor pudiera seguir sus instrucciones a pesar del ensordecedor ruido del motor. Entonces, todos los muchachos, a la vez y de manera muy suave, empezaron a levantar y empujar el autobús hasta colocarlo de frente al camino.
     Miré incrédula. Era imposible que al menos el conductor no se diera cuenta del engaño. Solté a Edward y corrí hasta una posición donde pudiera divisar quién conducía la tartana. Me quedé petrificada. El conductor no era otro sino Charlie. Mi padre estaba participando en esa chifladura.
     Imposible.
     Seguía ahí paralizada cuando Edward se puso a mi lado.
     -Charlie es el conductor.
     -En el último momento insistió en conducir él, la idea era que lo hiciera Jacob.
     -Insistió.
     -Sí, al parecer, quiere asegurarse de que el bosque no sufre daños por el transporte. Ya sabes, que no se viole ninguna ley forestal.
     -¿Estabais todos al tanto de esto? -empezaba a volver en mí.
     -Casi todos.
     -Genial -no necesitaba preguntar por qué no me lo habían contado. Conocía la respuesta.
     Finalmente, el autobús consiguió pasar el escollo y empezaba a moverse por su propio empuje.
     -Ha sido idea de Jake -afirmé, mis sospechas quedaban confirmadas –. Bien, y ¿cómo os ha convencido?
     -A nadie se le ocurrió otra manera -me miró forzando una expresión seria que no ocultaba la alegría de sus ojos.
     -Perfecto.
     Volvimos a la fiesta sin intercambiar ninguna palabra.
     Finalmente, el autobús apareció por el último recodo del sendero. El todoterreno iba delante. La tartana se zarandeó con el último socavón y renqueando avanzó unos metros más hasta que se paró. El primero en bajar fue Jacob, claramente enfadado. Se alejó a grandes zancadas y desapareció entre la espesa vegetación que habían dejado atrás. El siguiente fue Charlie. Su rostro tenía el inconfundible tono púrpura que adoptaba cuando discutía conmigo. Alice fue la primera en acercarse hasta Charlie y decidí acompañarla.
     -¡Papá, hola! ¿Qué tal el viaje?- me miró con incredulidad, sopesando si estaba de broma.
     -¿Conocías tú…este lugar, Bella?-el tono de su voz dejaba entrever la verdadera pregunta, si formaba parte del plan B.
     -Bueno, he estado aquí antes, sí. Pero no sabía que lo habían dejado tan…bonito -esperaba que con esa respuesta le valiera.
     -Charlie, en realidad, son unos pequeños detalles que hay que arreglar pero ya verás cómo todo el mundo se lo pasa en grande -le aseguró Alice con una radiante sonrisa que dejaba al aire sus níveos dientes. El rostro de mi padre se relajó ligeramente y volvió a adquirir su color habitual.
     -Será mejor que vaya a ayudar a bajar a los pobres invitados que iban detrás -masculló.
     La mayoría era gente de la reserva, familiares de Sue y algunos amigos de Charlie, entre los que estaban Steve, Mark y Tom de la comisaría, el doctor Gerandy…El último  fue Billy, que necesitó ayuda para bajar su silla de ruedas. Le acompañaba Rachel, una de sus hijas gemelas. Había pedido definitivamente el traslado y ahora estudiaba en una localidad cercana. Desde que Paul se había imprimado de ella se habían hecho inseparables. A Jacob no le gustaba mucho la idea: Paul le parecía un poco idiota para su hermana.
     Miré alrededor buscando a mi amigo.
     -Se le pasará.
     -¿Cómo?
     -En realidad, no está tan enfadado como aparenta -me aseguró Edward.
     Debía de estar hablando de Charlie.
     -¿Y a Sam?-le pillé desprevenido.
     -Nosotros hemos decidido dejar el tema para mañana y tratar de disfrutar del día. ¿Qué tal si haces tú lo mismo? -su expresión era cauta-. Prometo explicarte mañana todo lo que ocurre con Sam, si prometes relajarte y dejarte llevar por el espíritu de la fiesta.
     -De acuerdo, pero antes me gustaría hablar con Jacob -frunció el ceño en gesto de fastidio –. Después prometo divertirme -sonreí ampliamente intentando resultar convincente.
     Se acercó más a mí y pegó sus labios a los míos. Me besó de forma delicada.
     -Y ¿no puede esperar esa conversación a mañana? -noté su respiración contra la piel de mi rostro y cómo su efluvio anegaba mi mente, desordenando mis pensamientos.
     -Será sólo un momento. Lo prometo -le dije, devolviéndole el beso.
     -Y después, serás completamente mía y accederás a todos mis deseos -su voz se había vuelto traviesa.
     -Es muy posible -contesté haciéndome la interesante.
     -Está bien, es un comienzo. Será mejor que vayas ahora para que puedas estar de vuelta antes de que esto empiece.
     Miré a mi alrededor preguntándome por dónde andaría.
     -Noroeste -me contestó Edward antes de que le preguntara.
     Me dirigí hacia esa dirección. En cuanto estuve segura de que no podían verme, empecé a correr a toda velocidad. Cuando estaba completamente rodeada de bosque, frené y grité su nombre. Percibí las pisadas antes de ver aparecer aquel enorme lobo de pelaje cobrizo a través de los árboles. No venía solo, le seguía otro más pequeño de tono gris.
     - Hola, Jacob, Leah- dije dirigiéndome a ella.
     Me bufó en respuesta antes de darse la vuelta y desaparecer. Jacob se quedó mirándome, esperando a que empezara a hablar.
     -Sólo quería saber…Verás, creo que sería más fácil charlar si cambiaras de fase. No me apetece hablar yo sola y no he venido a echarte ningún sermón.
     Resopló sonoramente y fue detrás de unos helechos altos. Al cabo de unos instantes aparecía en su forma humana, con un gesto de fastidio.
     -¿En serio? Pues debes de ser la única persona que no tiene nada que echarme en cara -su voz sonaba amarga y su rostro parecía muy cansado.
     -Jake -no sabía muy bien cómo abordar el tema. Estaba claro que no era el momento de sacar lo del autobús y quizá tampoco para hablar de su futuro; entonces, advertí en su mirada algo de tristeza –. ¿Estás bien?
     Me miró dubitativo y finalmente dejó que la máscara que adoptaba cuando estaba a la defensiva se deshiciera.
     -Eres la primera que me lo pregunta en unos cuantos días.
     -Lo siento. Con todo el jaleo de la fiesta…no me había dado cuenta de que te ocurría algo.
     -Entonces, puedes estar tranquila porque no me ocurre nada -su voz se volvió a tornar dura.
     -Jake, soy yo. Dime qué te pasa.
     -¿Eres tú? Te refieres a que eres tú, Bella, mi amiga. Porque hace una semana me hubiese gustado mucho que me hubieras apoyado. ¿Sabes que Billy está con la misma cancioncita en casa? Y Rachel también -su voz iba subiendo de volumen.
     -Está bien -casi chillé para poder hablar por encima de su tono. Respiré hondo, había decidido que no discutiría con él. Era mi amigo. Siempre había podido contar con él para cualquier cosa y ahora, fuera lo que fuera lo que realmente le pasaba, debía de poder contar conmigo. -Lo siento -le dije más calmada. No sabía muy bien por qué le estaba pidiendo disculpas pero tenía la esperanza de que no lo notara.
     -Verás, es mucho más complicado que decidir si termino el instituto o no. Entiendo vuestra postura, de veras. Pero, sinceramente, ¿de qué me va a servir? ¿Qué clase de futuro me espera? Tengo muchas cosas en la cabeza, sólo necesito algo de tiempo para aclararme. No es para tanto, ¿no crees? –hablaba más para sí mismo que para mí; aún así, asentí para que viera que le seguía en lo que estaba intentando decir -. No tengo nada claro lo que quiero y hay muchas cosas a tener en cuenta.
     -Jacob -le interrumpí-, me he perdido. Que vuelvas al instituto no puede perjudicar a nadie.
     -Ya, vale, vale -prosiguió después de una pequeña pausa -. Tu maridito no te ha contado nada, un detalle por su parte, pero no esperaba que hubiese mantenido su palabra. Bueno, verás, le estoy dando vueltas a la cabeza. Tarde o temprano os tendréis que marchar de aquí y Nessie irá con vosotros…-hablaba muy deprisa.
     - Y tú también quieres venir -¿qué tenía que ver eso con que dejara los estudios? -. ¿Dónde está el problema?
     -Si os vais a otro lado, puedo esperarme y terminar el instituto con Nessie donde vayáis pero…
     -¿Hay más?
     -La manada.
     Su respuesta fue contundente. Me quedé como si me hubieran echado un cubo de agua congelada por la nuca. Él era el líder de su manada, no podía abandonarles. Por eso Leah estaba tan a la defensiva. Ella era el lobo Beta o el segundo al mando.
     -Jake, no nos vamos a marchar mañana. Podemos buscar juntos una solución a esto entre todos –su gesto se relajó.
     Se acercó a mí y me abrazó con tanta fuerza que en otros tiempos me hubiera resultado imposible respirar.
     -Entonces, no te pondrás en mi contra cuando tome una decisión -dijo con algo de recelo.
     No quería posicionarme antes de saber a qué tipo de decisión se refería.
     - Digamos que prometo no llevarte la contraria hasta conocer bien tus razones -me miró desconfiado -. Jacob -levanté la mirada para que pudiera ver en mis ojos que era sincera- , yo no tengo ninguna gana de marcharme de Forks mientras esté aquí Charlie. Sé que en otras circunstancias ya nos tendríamos que haber marchado pero intentaré aguantar aquí todo lo posible.
     -¿A pesar de lo que diga Sam?
     -¿Qué tiene que ver Sam?
     -¡Vaya! -sin duda, me había dado una información con la que contaba que yo estuviera al día.
     -¿Es por lo de los chicos de esta mañana?
     -Un poco -me estudiaba; seguramente estaba pensando si era buena idea decírmelo o no -. Verás, ¿qué te parece si mañana, cuando toda esta historia de la fiesta haya terminado, charlamos tranquilamente tú y yo, a solas? –recalcó -. Yo te cuento lo de Sam y si a ti, bueno, dependiendo de tu reacción,  pues…me pienso lo del instituto.
     -De acuerdo -seguramente no consiguiese mucho más por hoy. Podía esperar unas horas.        Al parecer, mañana iba a ser el día de las confesiones y acabaría enterándome por Edward o Jacob.
     -Jacob, vas a conseguir partirme una costilla -conseguí decir con el aire que me quedaba en los pulmones.
     -Lo siento, es que te echaba de menos. No soporto estar enfadado contigo -me dijo mientras me devolvía al suelo.
     En su cara estaba la sonrisa de Jacob que tanto me gustaba. Se la devolví en cuanto hube comprobado que todo seguía en su sitio dentro de mí. Lo cierto es que a mí me pasaba igual. Había una parte que siempre necesitaría a Jacob. No de la misma manera en que le había necesitado en el pasado, pero de algún modo él siempre sería mi Jacob, mi sol en las horas más oscuras. Ahora me sentía mucho más relajada.
     -Parece que ha empezado la fiesta.
     Se podía escuchar a lo lejos a alguien hablando por el micrófono. Parecían estar pidiendo que subiera el novio a hablar. La voz era de Seth.
     -Esto no me lo pierdo -Jacob me agarró la mano y echó a correr. Apenas nos llevó unos segundos llegar hasta la linde del bosque que bordeaba el gran claro.
     La mayoría de los invitados aplaudían a Charlie, que se negaba a coger el micrófono.
     -Adelántate tú, ahora voy -me dijo mientras cogía una bolsa de deportes de su coche. Intuí que dentro estaría su ropa.
     - Bien -le contesté mientras aminoraba mi paso hasta un ritmo más normal.
     Edward me esperaba a medio camino. Seguramente nos habría oído llegar.
     -¿Todo bien?-me sonreía, feliz por tenerme de vuelta.
     -De maravilla -se paró en seco y puso una cara fingida de asombro –. Creo que ahora vuelve a estar enfadado sólo contigo -le guiñé un ojo y él se rió entre dientes.
     -¿Entonces eres toda mía?
     -Toda.
     -Y ¿accederás a todos mis deseos?
     -Sólo si coinciden con los míos.
     -¡Ejem! -la voz de Charlie sonaba fuerte y clara a través de los altavoces -. Los que me conocéis, bueno, en realidad, todos, claro, sabéis que a mí no se me dan muy bien estas cosas. En realidad, no sé qué decir. Gracias por venir, aunque a la mitad no os hemos invitado -gran parte de los invitados de la reserva se echaron a reír.
     - Si por ti fuera, hubierais venido solos tú y Sue -chilló Steve entre el gentío.
     -Es que se suponía que era sólo para ver el sitio. De todos modos, estamos encantados de que estéis todos aquí hoy. Gracias especialmente a Alice Cullen por organizar esto de una forma tan…
     -Exquisita -añadió una de las invitadas.
     -Sí, eso. Muchas gracias, Alice, ha sido un detalle muy bonito. Y gracias también a Esme y Rose y toda la familia Cullen por colaborar. Bueno, creo que ya he cumplido. Ahora, que suban esa música y todo el mundo a bailar o comer o lo que quieran. Que hable otro por favor.
     Charlie soltó el micrófono en cuanto pudo y algunos de los invitados le aplaudieron para mayor sonrojo.
     -¿Me concede este baile? -la voz de Edward sonó melosa y seductora.
     En realidad, habíamos empezado a movernos antes incluso de que sonara la música.
     -¿Crees que Alice conseguirá convencerles de celebrar aquí la boda?
     -Ya lo ha conseguido. Sue está encantada y tu padre hará lo que a ella le haga feliz. ¿Sabes que Rose y Emmett están pensando en volver a renovar sus votos? -percibí un tono burlón en su voz.
     Empezó a sonar otra canción pero Edward me guiaba al mismo ritmo, completamente ajeno al estilo de la pieza que sonaba. Dejé que me llevara mientras me perdía en sus ojos,en sus brazos, en su familiar aroma, mezcla de miel, lilas y luz del sol. Ahí estábamos los dos, mientras el mundo se evaporaba a mi alrededor.

6 comentarios:

  1. Todos me han facinado!!!!, son lo mejor, me facina tu forma de escribir eres muy creativa!!!, estupendo todo lo que he leeido me ha quedada maravillada!!! :D ;D ;) :)

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  2. Muchísmas gracias Sofi. Me alegra mucho saber que gusta. En el próximo capítulo ya empieza la trama. Espero que sigas disfrutando tanto :)

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  3. Cada vez me gusta mas!! es genial como consigues seguir con el caracter y espiritu d cada personaje!! estoy deseando q empieze la los "problemas",jejeje!

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  4. Anda actu, y yo sin saberlo!!!

    Esta genial el capi, me encantó sobretodo el hecho de que Jacob y Bella vuelvan a ser amigos.

    Y que bonito lo de Jacob con Nessie.

    Pues sam debería dejarle ir. Me parecería muy mal si no lo hiciese.

    Sigue pronto.

    Besis.

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  5. a pesar de que me comentabas que casi no era tu forma de relatar...pues está conseguidísimo, tiene tu toque,por supuesto y me estoy enganchando cual saga anterior.!!! ahí voy!.. . :)

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  6. ME ENCANTA TU FORMA DE SEGUIR LA HISTORIA DANDOLE UN TOQUE PERSONAL PERO TAMBIEN CONSERVANDO EN PARTE EL ESTILO MEYER ASI PUEDES HILAR MUCHO MEJOR LA HISTORIA DE VERDAD ERES MUY BUENA
    SEGUIRE LEYENDO XQ ME ATRAPO JEJE
    CARIÑOS DESDE CHILE

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